Aunque normalmente no escribo artículos pensando en los novatos, por petición popular hoy vamos a hablar de algunos trucos, consejos o directrices (llamadlas como queráis) que me hubiera venido muy bien saber cuando empezaba en esto de la Bolsa.
Probablemente esta sea el consejo número 1 de todas las listas de consejos para inversores noveles que se hayan hecho desde el nacimiento de las Bolsas. ¿Por qué? No sigas este consejo y descúbrelo por ti mismo. Ese será el fin de tu andadura como inversor.
Esto es fundamental. Tienes que calcular una tasa de retorno con la que te sentirías satisfecho. Algunos se conformarán con superar a la inflación, otros con ganar un “extra” sobre el bono sin riesgo y otros, más osados, buscarán una rentabilidad compuesta anual de doble dígito porque son los Reyes del Mambo. Normalmente, en el tercer grupo estarás metido tú, amigo novato. Pero es que por algo eres aun un novato.
Establecer unos objetivos de retorno es el primer paso para definir tu política de inversión. Cuanto mayor sea tu objetivo, mayor riesgo deberás añadir a tus inversiones. Si, por ejemplo, tu objetivo es ganar a largo plazo a la inflación, no tiene sentido tener Zeltia o Solaria en tu cartera. Así mismo, si lo que quieres es ganar un 50% anual, no deberías tener Letras del Tesoro. Cuando calcules tu objetivo ya sabrás por dónde empezar a buscar entre las miles y miles de posibilidades de inversión que te ofrecen los mercados financieros.
Un consejo: Márcate un porcentaje de retorno cierto, como un 5% o un 10% o un 30%, me da igual, pero que sea un porcentaje numérico. Evita, por tanto, objetivos de retorno inciertos como “batir a las Bolsas”. ¿Por qué? Pues porque al fijar como objetivo “batir a las Bolsas” no vas a tener ni idea de dónde invertir. Unas veces serán Letras, otras Bonos y otras acciones de alto riesgo. Vas a estar perdido. Olvídate de la marcha de las Bolsas, céntrate en tus necesidades e invierte poquito a poco, pensando siempre en tus objetivos (que, no lo olvides, has fijado tú mismo en base a lo que te satisface).
Después del punto anterior, inevitablemente tenía que venir este. Las Bolsas tienen retornos históricos de entre el 6% y el 10% compuesto anual. Un objetivo razonable sería un retorno anual del 8% (dividendos incluidos). Menos no sería razonable pues para eso está la renta fija y más… más no es razonable porque es lo primero que has pensado tú, novato.
Para obtener un retorno superior al de las Bolsas, necesariamente tendrás que invertir en activos de mayor riesgo que las Bolsas. Dicho de otro modo, para batir al Ibex, tendrás que invertir en una empresa con un nivel de riesgo superior al nivel de riesgo medio del Ibex. Esto significa que vas a tener que meter tu dinero en una empresa que a) tiene una situación financiera delicada y por tanto un alto peligro de quiebra, b) su rentabilidad no se sustenta en una ventaja competitiva estable y por tanto va a ser cada vez menos rentable, c) una empresa que acaba de nacer y sobre la que recaen todas las incertidumbres posibles, o d) una empresa que reúna todas las características anteriores.
Normalmente, como novato, pensarás: “asumo ese mayor nivel de riesgo tranquilamente porque quiero un mayor nivel de retorno”. Pues aquí está lo gracioso del tema. Normalmente, las empresas de mayor riesgo suelen dar un retorno entre “mediocre” y “ruinoso”. ¿Por qué? Porque por algo son empresas de mayor riesgo. Invertir en una empresa de alto riesgo es como imitar en la cocina la última creación de Ferrán Adriá para tu primera cita. Si te sale bien, vas a quedar fenomenal pero ¿quién sería tan idiota como para intentarlo? ¡Las probabilidades de éxito, más que escasas, son nulas! Pues los novatos de la Bolsa normalmente se meten en esos berenjenales. Créeme, invertir en empresas de alto riesgo te asegura la ruina.
Ya hemos hablado varias veces del riesgo. Pero ¿qué es el riesgo? El riesgo es una de esas cosas que no se conoce hasta que se siente. Incluso muchos, después de haberlo sentido durante años, siguen sin saber qué es realmente el riesgo y, lo que es más importante, cómo tratar con él. Lo que está claro es que mientras te estás iniciando en el mundo de la Bolsa, no tienes ni la más remota idea de lo que es el riesgo (por mucho que hayas leído sobre él, amigo novato).
Como cada uno tiene su propia definición de riesgo, voy a explicaros la mía empezando por lo que NO es el riesgo. Para mí, el riesgo no es la volatilidad de los precios, ni la probabilidad de perder, ni el tamaño del stop loss (de hecho el stop para mí es como si no existiera), ni la probabilidad de obtener un performance inferior al del mercado. Para mí el riesgo es la probabilidad de no alcanzar mi nivel de retorno requerido.
Fíjate que no hablo de la marcha de la macroeconomía mundial, ni de las tensiones geopolíticas, ni del precio del crudo, ni del carry trade, ni de las hipotecas subprime, ni de la caída de las Bolsas, ni de una pandemia de gripe aviar. Sólo hablo de mis objetivos. Es imprescindible, como inversor, saber aislarse y seguir sólo el camino que te lleva a la consecución de tus objetivos. ¿Cómo podemos luchar contra el riesgo? ¡Sigue leyendo, novato!
Tu objetivo de retorno ha de ser siempre a largo plazo. Por tanto, tu inversión tiene que ser a largo plazo. Si tienes 1.000€ para invertir y te has fijado un objetivo del 8% anual durante los próximos 10 años, en Septiembre de 2017 deberías tener 2.159€. Te da igual lo que tengas en Junio de 2008 o en Mayo de 2011. Tu objetivo es alcanzar los 2.159€ en Septiembre de 2017 y, por tanto, sólo deberás invertir en empresas que pueden llevarte a los 2.159€ en 2017. Una de esas acciones para mí es JNJ. Creo que a los precios actuales puede darme el 8% anual durante los próximos 10 años y por eso la compré. Hasta ahí todo bien. Pero ¿y si el año que viene pierdo un 12%? ¿Debo vender? ¡NO! Porque aunque en un principio había acertado en el vehículo, al vender me he equivocado de parada y, por tanto, habré dejado la senda hacia mi objetivo.
Por otro lado, aprende lo que es el interés compuesto. 1.000€ al 8% durante 10 años son 2.159€. Durante 15 años son 3.172€. Durante 20 años son 4.661€. Durante 25 años son 6.848€. Reflexiona sobre el crecimiento exponencial y sobre cómo el interés compuesto puede ayudarte a alcanzar tu objetivo de largo plazo. Ese será tu primer paso para dejar de ser un novato.